Cuando el país habló de “la Revolución de Calingasta” con Buenaventura Luna en prisión

Un pedazo de historia que data de la década del 30´ en Calingasta. Cuando Eusebio Dojorti todavía no era Buenaventura Luna.

Cuando el país habló de “la Revolución de Calingasta” con Buenaventura Luna en prisión
Una fotografía publicada en un diario muestra los protagonistas del episodio. El gobierno de Federico Cantoni había denunciado a Eusebio Dojorti, Juan José Montilla, Pedro Miscovich y Enrique Haagendal por haber «alterado el orden público». Desde allegados al primer mandatario se calificó la acción de los periodistas como de «revolución de Tamberías» y «alzamiento», subrayando el papel en esto de Dojorti como «duro» director del diario «La Montaña». 

El diario “La Prensa” como los demás periódicos de Buenos Aires y de varias provincias del país se ocuparon durante varios días de un suceso acaecido entre el 12 de mayo y los primeros días del mes de agosto de 1932 en la localidad de Tamberías, departamento Calingasta. Tuvo como protagonistas a cuatro periodistas, entre ellos Eusebio de Jesús Dojorti, que en pocos años más iba a pasar a la historia como Buenaventura Luna, uno de los poetas y folcloristas símbolo de San Juan y el país.

Se trató de la detención en la cárcel calingastina primero y luego en Marquesado de estos hombres de la prensa local que habrían criticado sucesivamente al gobierno de Federico Cantoni.

La negación del gobierno


Si bien el propio gobierno bloquista negó rotundamente que el motivo del arresto de los profesionales de la prensa tuvo que ver con las críticas que les realizaban al gobierno sanjuanino, medios nacionales coincidieron en señalar que “los sucesos en Tamberías, departamento Calingasta, provincia de San Juan, han repercutido dolorosamente en la opinión del país, que rechaza indignado las explicaciones del gobierno sanjuanino sobre los hechos”.

“El Mundo”, de Capital Federal, repudió lo acontecido “contra la libertad de expresión”, y detalló lo sucedido sobre todo después de la fuga de los apresados.

Precisamente, las detenciones de los periodistas fueron calificadas inmediatamente como secuestro por la prensa, además de definirlas como “arbitrarias y carentes de todo justificativo, sacando a pacíficos pobladores del lecho y conduciéndolos de malas maneras, sin orden de allanamiento, hasta el local de subcomisaria del pueblo”.

Eusebio de Jesús Dojorti, que en pocos años más, luego de ese episodio, iba a pasar a la historia como Buenaventura Luna, uno de los poetas y folcloristas símbolo de San Juan y el país.

La fuga a Mendoza


Pero a casi tres meses de la detención, se pasó a hablar de fuga porque, efectivamente los cuatro lograron evadir la custodia de la cárcel y huir con destino a la provincia de Mendoza. Llegaron primero a la localidad de Villavicencio y a la capital al día siguiente y se mostraron ante el Círculo de Periodistas de Mendoza.

Eran tiempos del segundo mandato como gobernador del Dr. Federico Cantoni (1930-1934) y este suceso policial lo preocupó mucho al líder bloquista al haber acaparado las portadas de diarios de la época en San Juan y a los pocos días en los medios nacionales.

Precisamente, cuando llegó la noticia de que los fugados se encontraban libres en Mendoza, un diario local usó un título “catástrofe” en la portada para expresar que estaban en libertad y protegidos, según la crónica de un “enviado especial a Mendoza”: “Están salvados”.

Las crónicas periodísticas precisaban que al lograr la fuga, los detenidos tuvieron previamente que “romper los grilletes que durante más de 80 días aprisionaron sus pies”. Y a eso se sumaba que “ahora están en libertad y protegidos”, además de citar que necesitaron conseguir apenas fugados “mulas, armas y víveres, además de un baqueano” y estudiar una senda segura para poder cruzar el río Calingasta a pie”, y comenzar la fuga a Mendoza.

La tumba de Don Buenaventura Luna

Fuga y persecución «cinematográfica»


Mientras tanto los policías, “pertinaces y desconcertados perseguidores, perdían su tiempo recorriendo lugares inmediatos y mediatos al escondite previo de los fugados” y “se afanaban en una furiosa cuan estéril búsqueda por la carretera que conduce a Uspallata”.

Por todo ello, otro diario señaló que “la evasión de los periodistas ha revestido contornos cinematográficos”.

La realidad decía que el gobierno de Cantoni había denunciado a Eusebio Dojorti, Juan José Montilla, Pedro Miscovich y Enrique Haagendal por haber “alterado el orden público” y más fuerte aún, desde allegados al primer mandatario se calificó la acción de los periodistas como de “revolución de Tamberías” y “alzamiento”, subrayando el papel en esto de Dojorti como “duro” director del diario “La Montaña”.

Los heroícos secuestrados

Y el último de los títulos en primera plana que demuestran la proyección nacional de lo sucedido en Calingasta se observó en “La Prensa” que expresaba: “Los periodistas de la Capital Federal organizan un movimiento a favor de sus colegas prófugos en Tamberías”.
Quizá por eso, no faltó que otro periodista definiera así lo sucedido y su final: “Los sucesos de Calingasta son inéditos y han epilogado en forma de epopeya para los heroicos secuestrados”.

Por Diario Revolución Calingasta con información de Diario de Cuyo.

0Shares

Entradas relacionadas

Deja tu comentario