Roberto Cacciola, presidente de la CAEM, dio definiciones sobre cómo podría reaccionar San Juan luego de la aprobación del RIGI.
En medio de las charlas que se están dando en la Cámara de Diputados de San Juan en la antesala del tratamiento del RIGI, Roberto Cacciola, presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras – CAEM -, llegó a la provincia y dio definiciones tajantes: si en San Juan se activa la minería, podría convertirse en una de las más ricas de la Argentina.
– Está acá en San Juan pidiendo a los diputados casi que voten a favor de los sanjuaninos, apoyen al RIGI, porque es como necesario sí o sí esto para salir de la situación que estamos, ¿no?
– Definitivamente. Creo que vale la pena decirlo, San Juan tiene cuatro proyectos muy avanzados, conocidos desde hace muchísimo tiempo. Algunos tienen hasta 60 años, como el caso de Pachón, y no han ido adelante. Y no han ido adelante por diversos factores que no tienen que ver con la provincia, tienen que ver con la confianza, fundamentalmente, y con la competitividad. Y el RIGI viene en este momento especial, con una cantidad de proyectos importantes en la provincia, a sostener dos temas fundamentales. Uno, retomar confianza, porque de alguna forma lo que trae es la posibilidad de tener una estabilidad fiscal, que si bien existe en la ley de inversiones mineras, desde el sector sabemos claramente que no ha sido respetada íntegramente. Y el segundo punto para el inversor extranjero desde el punto de vista de la confianza es el hecho de poder tener la alternativa en caso de incumplimientos acceder a otros ámbitos en materia de poder obtener la aceptación y la concreción de las disposiciones y la seguridad jurídica que establece el RIGI.
– ¿Una ley alcanza para que las grandes mineras tengan esa confianza que el país necesita?
– Va a depender de la conducta, pero en este momento, sin la ley, no vamos a dar el paso inicial para poder ir adelante con los proyectos que existen. Si estas empresas hubieran perdido totalmente el interés, se hubieran ido mucho antes y esto es importante que lo manifestemos, independientemente de que no están en periodo de construcción y mucho menos de operación. Desde hace años vienen invirtiendo porque tienen gente en los yacimientos, tienen oficinas, tienen un montón de elementos que hacen que en este momento estén poniendo plata y no están obteniendo nada a cambio porque no venden absolutamente nada. Si se quedaron es porque los proyectos les interesan, primer tema fundamental. Si no tuviéramos proyectos que interesaran, no estarían acá. Pero han tomado sus tiempos para esperar que hubiera condiciones que le permitieran ir adelante con la construcción. Nosotros todos sabemos que hemos tenido periodos muy extendidos donde no hubo posibilidad de acceder a divisas, dificultades con importaciones, cambio en la regla de juego, un montón de cosas que hacen que el país haya sido inestable. Entonces, a su pregunta, ¿es suficiente la ley? La verdad que no, pero es imprescindible, porque si no tenemos la ley después no podemos convencer para que de alguna manera, digamos, esta vez vamos a ir para adelante.
– En las últimas semanas se ha hablado de que, con la llegada del RIGI, se va a desproteger a las empresas y proveedores locales, ¿puede pasar esto?Publicidad
– Definitivamente no. Hay razones básicas. Por un lado, tenemos que ser concretos en dos temas. Primero, no hay proyectos si no hay proveedores. Si los proyectos creen que pueden ir adelante sin tener la posibilidad de trabajar directamente con proveedores locales, no va a haber licencia social para que operen. Entonces, es como que la necesidad de interactuar entre ambos es imprescindible y el sector minero ha dado muestras de que esto es así. La ley de inversiones mineras tiene un sistema que funciona y que de alguna manera pone de manifiesto que no hay una libre importación de lo que sea, sino que está limitada a cuestiones que no se producen en el país.
– ¿La licencia social también es generar trabajo que perdure?
– Sí, tal cual. El empleo, la infraestructura. El desarrollo de proveedores hace esencialmente a la cadena de valor. Si esos tres elementos no trabajan de la mano conjuntamente, la verdad es que la licencia social se pierde, porque de alguna manera lo que se busca con la minería es que la industria que genera derrame en todos estos aspectos. En la minería no hay una materia prima que se fabrica, hay una materia prima que es la naturaleza. Pero necesita un montón de proveedores de diversas disciplinas para poder transformar eso en algún producto con valor. Y eso requiere de todo tipo de proveedores. En la minería la cantidad de proveedores es inmensa porque todos participan en distintas etapas y quiero dar ejemplos, como la existencia de campamentos, la provisión de comida, el combustible, la energía, los caminos, los servicios de consultoría. Creo que acá tenemos que separar entre quienes ven esto como una amenaza porque tienen dudas, entre los que ven esto como una amenaza porque buscan algo diferente. A los que tienen dudas les podemos poner claramente que la minería tiene que desarrollarse en conjunto con el desarrollo de proveedores locales, de empleo local fundamentalmente y de infraestructura.
– ¿Esas dudas se pueden dar por cuestiones políticas?
– En Argentina, de una vez por todas, tenemos que mirar a futuro. Y yo celebro profundamente que se están dando señales en muchas provincias de que hay gobernadores que no se van a ver beneficiados directamente por la minería, pero que han votado a favor, con sus senadores, porque ven la posibilidad de participar en un negocio donde no tienen los proyectos, pero pueden ser un complemento.
– Pero tienen los servicios quizás…
– Pero tienen los servicios, pueden complementarse localmente, o sea, el abanico de posibilidades que se abre a partir de la decisión de la construcción de un proyecto minero es inmenso. Tengo que decir con total convicción, que esos fantasmas van a alterar la posibilidad del desarrollo de pequeñas y medianas empresas, eso no es cierto.
– Mucho se habla del cambio que tuvo San Juan en los años 2000 después del arribo de Veladero. Si en San Juan se larga Filo del Sol, si continúa Veladero y el resto de los proyectos, ¿San Juan va a subir obligadamente otro escalón a otro nivel de provincia?
– Definitivamente. Quiero hacer una referencia histórica y espero que lo tomen bien, pero en la década del 1980 se hablaba de que San Juan era una provincia inviable. En poco tiempo cambió su matriz con un proyecto, básicamente, tiene tres, pero uno de gran envergadura. Imagínense si tuviera los cuatro proyectos que están hoy con posibilidades de ir adelante. Yo me animo a decir, y no tengo ninguna duda de que San Juan tendría el nivel de PBI per cápita más alto del país.
– ¿San Juan está preparado para tener uno o dos proyectos más en funcionamiento?
– Estamos preparados para trabajar inteligentemente. Significa que los proveedores locales que no tengan la capacidad para dar respuesta a todo, tienen que buscar inteligentemente cómo asociarse. Para tener proveedores de otras provincias, y yo soy un defensor también del tema de que tenemos que ir adelante con proveedores nacionales, fundamentalmente. Dos proyectos de la envergadura de los que estamos hablando, si uno lo mira desde un punto de vista lógico, y la verdad que… hay pocas personas que pueden saber el alcance de lo que tienen. Vamos a tener que ir haciendo camino con la infraestructura, con la posibilidad de la provisión de elementos. Imaginemos que un solo proyecto en construcción va a demandar a 6.000, 7.000, 8.000 personas. Ahí van a tener que tener campamento, acceso, comida, atención médica, capacitación, es un montón de cosas que habrá que recorrer el camino. El crecimiento genera crisis, pero de alguna manera tenemos que prepararnos e ir adelante.
– ¿Hay algún plazo para arrancar con las construcciones? ¿Ustedes qué dicen desde la CAEM?
– Vemos que van a tener que acelerar los plazos por una sencilla razón no quiere decir que terminen la construcción rápidamente. Por lo que hemos escuchado nosotros la intención es empezar a construir hacia fines de este año o inicios del 2025. Pero independientemente de eso, que lleva determinados procesos, hay que tener en cuenta que la propia ley, RIGI, establece un periodo de adhesión no mayor a dos años. Con lo cual, y dentro de esos dos años tiene que haber determinados parámetros de inversión, que no va a estar la totalidad de la inversión, pero fija determinados porcentajes que falta que se disponga cuáles son las bases de cálculo que lo va a proveer la reglamentación. Claramente los que estén interesados van a tener que tomar decisiones rápidas. No fue casual que se haya puesto un tiempo limitado dentro de la ley para adherir, porque si entra una ley sin ningún plazo, los tiempos pueden cambiar. Que San Juan contrate 2000 personas a fines de este año, va a haber después un proceso constante de incremento de contratación y de desarrollo de infraestructura.
– Pero además de eso, hoy el mundo está necesitando el cobre, ¿no?
– Claro. La gran ventaja que tiene el cobre, por lo menos hasta ahora, es que es el único mineral que es insustituible. La demanda de cobre se va a triplicar en poco tiempo. Independientemente del avance de los proyectos en la Argentina, va a haber una crisis vinculada con la falta de mineral de cobre. Así que el panorama realmente es buenísimo. Después las realidades pueden cambiar por distintas razones, pero si uno proyecta con el conocimiento de la situación que tiene hoy, cuál es la demanda de cobre que está proyectada para 2030 y demás, y bueno, sabe claramente que Argentina va a tener seguramente un efecto contagio y van a ir adelante más proyectos.
– Con Chile compartimos la cordillera…
– Sí.
– En Chile, pese a que cambian los gobiernos, tienen una matriz productiva que funciona independientemente de eso. De hecho, ellos exportan de 10 a 15 veces más que le Argentina con la misma cordillera. Tenemos que lograr a corto plazo que, más allá de las cuestiones políticas, la matriz productiva del país siga siendo la misma…
– Esto es muy sencillo porque Chile exporta 40 y pico mil millones de dólares por año de cobre, Argentina no exporta nada o sea que la diferencia es infinita. Hay algún proyectito menor en el norte, o sea artesanal si se quiere pero hay una justificación para eso. Chile lleva 40 años de estabilidad jurídica y económica y ha tenido cambio de gobierno con signos bastante diferenciados, pero sin embargo la economía ha ido por un camino que se ha mantenido. Si nosotros logramos eso no tengo ninguna duda que los proyectos van a ir adelante.
– ¿Qué sensación se lleva de San Juan luego de haber charlado con los diputados?
– Me llevo la sensación de que están necesitando dar la puntada final para tomar la decisión de mirar a largo plazo. Los vi muy atentos, los vi interesados, muchos de ellos tomaron notas de las distintas presentaciones, me parece que es bueno. Si esto sucede, tal vez San Juan en algún momento se convierta en la provincia, o en una de las provincias, más ricas del país.
– ¿Ustedes desde Buenos Aires ven a San Juan hoy como la niña bonita dentro del país y esta recuperación que están buscando desde lo productivo?
– La verdad es que es la que tiene mayor potencial. No hay ninguna otra provincia que tenga cuatro proyectos de la envergadura que tiene San Juan listos. Y falta mucho por explorar además. Yo no sé si algún día podemos tener la posibilidad de exportar 50.000 millones de dólares anuales, pero hoy tenemos la certeza de que podemos, con lo conocido… ir a un nivel de 12, 13, 14, 15.000 millones de dólares anuales contra nada, en cobre. Entonces, y posiblemente si hay mayor exploración, y bueno, podremos acercarnos un poco más a lo que es Chile.
Por Diario Revolución con información de Huarpe.