CREFI, la última cuasimoneda que tuvo San Juan allá por los 90′

Tenía valores nominales de uno, dos, cinco y diez pesos y si bien se emitió en 1995, se recuperó en la década del 2000.

El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, puso nuevamente en escena la creación de cuasimonedas provinciales para hacer frente a la crisis económica. Si bien para las nuevas generaciones esto puede sonar novedoso, Argentina cosecha historia de monedas emitidas por las provincias, y San Juan no es la excepción. La última en circular fue el CREFI, mientras que una de ellas quedó en el camino.

El CREFI (Certificado de Crédito Fiscal), de acuerdo a lo que recuerda el ex ministro de Economía de San Juan durante la época de La Alianza, Ricardo Ortiz, fue creado durante la gestión de Juan Carlos Rojas, en 1994, y emitido en 1995. “Era un crédito fiscal para pagar impuestos provinciales”, señaló a Tiempo de San Juan.

Esta cuasimoneda, que tenía valores nominales de uno, dos, cinco y diez pesos, se utilizaba para el pago de impuestos provinciales y amortización de créditos inmobiliarios. Dejó de circular por un tiempo, y en la década del 2000, ante el gran estallido social y la crisis económica que marcó la historia nacional, volvió nuevamente, esa vez, a “valores del mercado”. “Cuando estuvo La Alianza, el doctor Conti primero y yo después, los mantuvimos en vigencia”, señala Ortiz.

Conforme a lo que recuerda el ex ministro, durante los últimos años de circulación del CREFI, dejaron de utilizarse como exclusivos para el pago de impuestos. La cuasimoneda provincial podía utilizarse también para la compra de bienes, puntualmente mercadería, y también para el pago de diversos servicios, manejando un valor del 10% diferencial al peso argentino. Esto significaba que se agregaba ese porcentaje de interés si se pagaba con la cuasimoneda.

El CREFI convivió durante su “segunda temporada” con el LECOP (Letra de Cancelación de Obligaciones Provinciales), la diferencia entre ambas es que la primera era únicamente de circulación provincial, es decir, que no tenía valor ni se aceptaba fuera de San Juan. En cambio, el LECOP era nacional.

“Se buscó hacer un convenio con Buenos Aires y Córdoba para que también lo recibieran, pero no se pudo llegar a un acuerdo, por lo que únicamente la circulación se podía hacer en San Juan, salvando la situación financiera de la provincia”, recordó Ortiz.

La cuasimoneda que fue, pero no fue

Así como San Juan, tras el estallido del 2001 e incluso previamente, varias provincias habían emitido su propia moneda. Patacón, de Buenos Aires; El Federal, de Entre Ríos; El Quebracho, de Chaco; son algunos de los ejemplos.

Ortiz comenta que, durante su gestión, en 2002, tuvo intenciones de dar origen al Bono Huarpe, una cuasimoneda de origen local. Para ello, mandó un proyecto a la Legislatura provincial que tuvo el visto bueno. Los diputados sanjuaninos aprobaron la emisión de 40 millones de Bonos Huarpes, pero pese a tener el OK de los legisladores, no prosperó.

“No se pudieron emitir porque la Casa de la Moneda exigía efectivo y no Lecop ni pagarlo, ni siquiera con los mismos Huarpes, y como la provincia no tenía el efectivo, no se pudieron emitir”, acota el ex funcionario.

¿Qué tan viables son las cuasimonedas provinciales?

Viniendo de una época donde cada provincia tenía su moneda local y con una crisis económica profunda, para Ricardo Ortiz hoy la emisión de cuasimonedas provinciales no sería viable, debido a que no tendrían circulación fuera de los límites jurisdiccionales.

Al respecto dijo: “Lo que hasta el momento se ve, por la dureza de las expresiones de Milei, es hacer lo que se llamó en su momento el Lecop, porque eran letras de Nación de obligaciones provinciales. Las provincias suscribían convenios y pusieron en marcha eso, lo que no era emisión. En las provincias lo que se va a hacer, si se emite, es alimentar el mercado negro, aumentando los precios si se paga con la moneda provincial”.

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