Una vez más el vandalismo causa indignación. Personal de la Municipalidad trabajó arduamente para solucionar la iluminación del mayor ícono religioso departamental. ¿Hasta cuándo?
Maldad. Sin escrúpulos. Lamentablemente a través de sus actos, una comunidad refleja su forma de vivir y de pensar. Son una minoría los inverbes es cierto, pero un porcentaje de culpabilidad tienen todos. El que calla otorga, dice el refrán.
«Hombre, pueblo, nación, todo: todo está en los humildes bancos de la escuela, todos los problemas son problemas de educación. La educación es la que civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos», expresaba Domingo Faustino Sarmiento. La educación en casa, también es crucial.
Un nuevo episodio desagradable impacta de lleno en las entrañas de la sociedad. Dañaron con alevosía y furia aparentemente a golpes y con el afán de robar el cableado de cobre, la iluminación del ícono religioso más representativo que tiene el departamento Calingasta: el Cristo de la Misericordia.
El panel de control que inyecta de iluminación al símbolo turístico se encontraba sin su protección de metal – una especie de tapa que recubre dicho panel – por ende el lugar estaba a oscuras. De casualidad no hubo víctimas, el riesgo de electrificación era enorme.
Desde la Municipalidad de Calingasta se constató el grave hecho y de inmediato los obreros se pusieron a trabajar para solucionar la problemática que afecta a todos los ciudadanos. La disposición enorme permitió dar urgente reparación.
Para dotar de más iluminación, se colocó un reflector de mayor potencia que le da a la imagen un aspecto más majestuoso e imponente.
El estado municipal hizo la denuncia correpondiente en la Comisaría 16°.
Para cerrar, se pide encarecidamente la colaboración de toda la sociedad que ante cualquier episodio de esta naturaleza llamar al 911 y denunciar a los vándalos. Es el primer paso para minimizar estos hechos.
Por Redacción Diario Revolución Calingasta.
Calingasta, San Juan, Argentina.