Descendió del puesto 94 al 98. Los estados más y menos corruptos en la nota.
En el último año de gestión del Frente de Todos, Argentina descendió 4 lugares en el ranking de la ONG Transparencia Internacional (TI) que mide la percepción de la corrupción en 180 países: pasó del puesto 94 al 98, y comparte la posición con Bielorusia, Albania, Etiopía, Gambia y Zambia. Nuestro país obtuvo 37 puntos sobre 100 de puntaje máximo para los países más transparentes y cero para los más corruptos, según el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) 2023, y quedó así debajo de la media global de 43 puntos.
“Argentina se encuentra estancada desde hace mucho en la lucha contra la corrupción. No se han realizado esfuerzos significativos en esta materia en los últimos años. Los vaivenes de las intervenciones de los organismos de control de la corrupción y la injerencia de la política en el poder judicial hacen que la lucha contra la corrupción avance muy lentamente en nuestro país”, analizó Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano, capítulo argentino de Transparencia Internacional.
Entre sus vecinos de la región, Argentina aparece muy atrás de Uruguay que obtuvo 73 puntos y se ubicó en el puesto 16; de Chile, que con 66 puntos quedó en el lugar 29 del ranking; e incluso de Colombia (40 puntos, puesto 87) cuyo presidente desde agosto del 2022, Gustavo Petro, fue insultado por Javier Milei. Nuestro país quedó apenas por encima de Brasil que, con 36 puntos quedó en en el puesto 104 del ranking; de Bolivia (29 puntos, puesto 133); y de Paraguay (28 puntos, puesto 136).
Secchi también tuvo una mirada crítica hacia la nueva gestión de Javier Milei: “Las primeras propuestas enviadas al Congreso de la Nación por el recientemente asumido Presidente carecen casi en su totalidad de un abordaje integral y sistemático en materia de integridad y lucha contra la corrupción; un tema que, sin embargo, está entre las prioridades de la ciudadanía”.
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2023, presentado hoy por Transparencia Internacional en Berlín, sede de la casa matriz de la ONG, muestra que “la mayoría de los países lograron mínimos o nulos avances en combatir la corrupción en el sector público”.
El Índice mide cómo perciben la corrupción en el sector público distintos organismos internacionales, consultoras, especialistas y actores del mundo empresario a través de la existencia – o no – de sobornos y la protección legal de denunciantes de casos de casos de coimas o irregularidades; malversación de fondos públicos; funcionarios que utilizan su cargo público para obtener lucro personal; la capacidad de los gobiernos para prevenir actos corruptos; excesiva burocracia estatal que puede alentar oportunidades para la corrupción; nepotismo en los nombramientos de funcionarios públicos; legislación que garantice la transparencia en las declaraciones patrimoniales y posibles conflictos de interés en los cargos públicos; captura del estado por intereses privados; y acceso a la información sobre asuntos públicos de interés ciudadano y actividades de gobierno.