Con la suma de más profesionales para el departamento, emerge un relato de vida extraordinario.
Sobrevivió a uno de los accidentes más trágicos que se recuerden en Calingasta. El 7 de julio del 2002, en un fatídico domingo cerca de las 21 hs, ocho personas que viajaban en un automóvil Renault 12, protagonizaron un siniestro cuando en una maniobra, el conductor del vehículo perdió el control chocando contra la banquina, desbarrancando más de 25 metros y cayendo de trompa en el caudaloso Rio Los Patos, en la localidad de Alcaparroza.
Producto del aparatoso accidente, fallecieron cinco personas, sobreviviendo milagrosamente, tres, una de ellas, Cintia Yáñez, la protagonista de esta historia, que, en aquel momento, tenía 4 años de edad. Penosamente, sus hermanas Brígida y Fátima, no contaron con la misma suerte.
Pasaron 23 años de esa herida difícil de cicatrizar y Cintia, con una resiliencia singular, mediante una lucha interna que logró sobrellevar, se convirtió en profesional: Técnica Universitaria en Exploración Geológica.
El instruirse y soñar con un mejor porvenir, fue una constante desde pequeña: «me recibí de Técnica Minera en el 2016. Luego comencé con la Tecnicatura en Turismo durante un año, tuve que dejar a pesar de que me iba bien por una cuestión de trabajo, debía viajar todos los días en colectivo a Barreal y se me complicaba muchísimo, era difícil llevar las dos cosas a la vez», recordó.
«Después hice un curso de computación en la Universidad Católica de manera presencial, fue intenso y lo pude terminar. Y luego llegaron a Calingasta más carreras y opté por geología», contó.
La formación en la Escuela Técnica General Manuel Savio, fue un factor trascendental en la elección de su carrera profesional: «desde la Escuela Savio que me gustaba la minería, las rocas, el campo y todo eso así que geología me llamó más la atención que otras carreras como higiene y seguridad o enfermería».
«Empezamos a cursar en 2021 y se nos hizo un poco complicado el tema de las prácticas. Para poder recibirnos teníamos que hacer prácticas, hasta que en diciembre del año pasado mis compañeros las realizaron en Pachón y a mi me tocó en Los Azules en junio de este año, una vez realizadas esas prácticas ya estábamos en condiciones de rendir. La carrera se me estiró de tres a cuatro años», agregó.
Paralelamente al estudio y formación académica, para poder llevar el pan a la mesa, Cintia trabaja en una estación de servicio y en ciertas ocasiones intentó abandonar, pero la familias y amigos fueron clave para continuar: «en muchas ocasiones estuve a punto de dejar. Me costó mucho una materia que no me olvido más, Física, ya que faltas una clase y te perdes todo. El resto de las materias me fue bien, quizá al principio me costó un poco exponer delante de los profesores porque tenés que sacar todos los miedos, pero con el tiempo se me fue quitando.
Fueron los cuatro años trabajando y estudiando, el primer año fue el más complicado con materias como física, matemática, química. Mis compañeros nunca quisieron que dejara, me apoyaban mucho al igual que mi familia y eso fue importante para mi. Todo esto lo hice por mi familia para que se sientan orgullosos de mi y quizás así darles un mejor futuro. Yo vivo con mi hermana, Nancy, y es un apoyo fundamental porqué llegaba a mi casa y entre cursar y trabajar uno se quedaba sin tiempo para los quehaceres de la casa y ella me ayudó un montón».
El convertirse en profesional es solo el comienzo, el disparador para seguir cumpliendo objetivos. «Aspiro a trabajar acá en Calingasta. Durante las prácticas me encantó hacerlas en Los Azules y Vicuña en Iglesia, aprendí un montón en esos proyectos, ahora espero que se me pueda dar una oportunidad para poder trabajar, quiero quedarme en Calingasta, pero no descarto si surge una oportunidad el poder trabajar afuera también, pero si es acá muchísimo mejor», señaló.
Cómo mujer minera, aportó su visión sobre la industria en Calingasta: «es muy importante para el departamento el ámbito minero. Amo el campo por eso hago siempre hincapié a que la minería sea con cuidado estricto del medioambiente, sé que se viene cosas buenas y ojalá sea con crecimiento para los calingastinos».
Para lo que se viene, la Técnica Minera esbozó que son cruciales que las carreras universitarias continúen en los departamentos alejados y que se sigan brindando herramientas a los estudiantes: «está buenísimo que sigan trayendo carreras y demás, pero espero que las sepan aprovechar los chicos. Por ejemplo, nosotros cuando empezamos a cursar éramos 20 o 23, y en el primer año ya quedamos pocos, sé que a veces se complica, pero bueno, hay que aprovechar eso. Por ejemplo, el tema de las aulas híbridas, nosotros no las utilizamos mucho, pero tengo amigas que sí, y les resultar súper útil porque se evitan un montón de gastos, les facilita la vida».
El accidente que marcó su vida y una milagrosa segunda oportunidad
«No me acuerdo porque era muy chiquita, pero, o sea, tengo unos recuerdos por ahí. Pero, sí, era chiquita y me contaron que sí, fallecieron dos hermanas y tres tíos. Y yo iba en el auto también y sobreviví, no sé cómo. Sobrevivimos mi tío y yo, él me sacó del agua a mí al ser la más chiquita, era bebé, cuatro años tenía. En el accidente fallecieron cinco, más un chofer, seis, y mi tío y yo, éramos ocho en total. Tengo recuerdos muy borrosos que mi tío me iba sacando escalando por un cerro. Es el único recuerdo que tengo, gracias a Dios, porque creo que, si en este momento me acordara, no sería muy agradable», rememoró.
«En la escuela luego todo me costó muchísimo, en toda la primaria casi no hablaba con nadie. Todo lo que pasó luego de ese accidente creo que me afectó un montón, recién en la secundaria empecé a hablar, a socializar, porque antes no hablaba, no tenía amigos, nada. Estudiaba, me iba súper bien, pero ni hablaba. Mi familia poco me quería contar lo sucedido ya que me podía afectar esos recuerdos, pero llegó un momento que dije, maduré, ya soy grande y esto no me afectará y lo debo manejar (lo contó con una enorme sonrisa)».
La inclusión de la mujer en la minería y las capacitaciones para el desarrollo integral de Calingasta
«Por lo que he visto en los proyectos que hemos visitado y demás, se incluye mucho a la mujer. Y sí, me gustaría que haya más cantidad de mujeres, está bueno que se incluyan las tareas que pueden hacer los hombres, porque las mujeres también las pueden hacer tranquilamente», subrayó.
Al pensar en el porvenir de su querido lugar, agregó: «creo que la minería debe seguir aportando a nivel general. No quiero que pase como en otros lugares, quiero que la minería deje trabajo y desarrollo. En el caso de Los Azules y Pachón, valoro mucho el tema de los cursos y capacitaciones que dictan, también lo que puedo ver es que contratan muchas empresas proveedoras locales, eso se valora mucho porque, en fin, queda acá en el departamento. Valoro mucho que la Universidad Nacional de San Juan esté en Calingasta, sino fuera así muchísimos no podríamos estudiar, los profesores que han venido en épocas de frío terrible hicieron un esfuerzo increíble, eso también para nosotros en muy importante, con cada uno de nosotros ellos estuvieron presentes y su acompañamiento resultó un plus para lograr el objetivo final».
El pedido para que la UNSJ siga con más carreras para estudiantes calingastinos
«Me gustaría seguir formándome académicamente, siempre me gustó estudiar y si está la posibilidad y está dentro de mis manos, me voy a seguir capacitando. Me gustaría, dentro de la carrera tuvimos una materia que se llama Hidrogeología, todo basado en el agua y me gustaría capacitarme más por ese lado.
Calingasta es minero y turístico, el turismo es muy importante y veo que no hay mucha gente de acá que les entusiasme mucho estudiar turismo y sería muy importante que haya más gente capacitada en turismo y así explotar más el departamento. Creo que falta potenciar mucho el turismo, yo trabajo en una estación de servicio, siempre llegan los turistas muy desorientados preguntándote ubicaciones, dónde pueden ir, qué visitar y están muy desinformados. Y sería positivo más profesionales en minería también».
«Creo que, con minería y turismo, Calingasta tendrá menos necesidades y desocupación, yo trabajo y ando en la calle, veo las necesidades, por ejemplo, el tema del agua es una necesidad importantísima, vivo actualmente en La Isla y estamos sin agua hace ya un mes. Tenemos agua solamente en invierno y no nos llega en esta época. También veo mucha gente como que no está capacitada y entonces se les complica conseguir algún trabajo por eso es tan importante estar capacitado», narró.
El mensaje a los jóvenes
«Yo siempre le digo a los chicos que están así o que quieren abandonar, que no dejen y que valoren el esfuerzo de sus padres, el esfuerzo que están haciendo para mandarlos a la escuela y si tienen la oportunidad de que los padres los banquen para estudiar, que lo valoren y aprovechen, porque el día de mañana les va a servir. Ahora si no tenés un título o algo, es muy difícil conseguir trabajo, tienen que valorar y seguir estudiando. El salir de la Escuela Savio me dio un extra en esta carrera, vi además los avances de la escuela con las nuevas aulas y está buenísimo. Está bueno que vengan cosas mejores porque quizás nosotros en nuestro momento no lo teníamos y nos hacía falta», sentenció.
Albert Einstein, excepcional físico alemán y Premio Nobel de Física, dejó una célebre frase: «hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”, en resumidas cuentas, se conecta a la perfección con Cintia Yáñez.
Por redacción Diario Revolución.
Calingasta, San Juan, Argentina.